Impacto de la pornografía en los adolescentes

Impacto de la pornografía en la salud mental de adolescentes

La adolescencia es un período del desarrollo en el que se producen muchos cambios a nivel biológico, psicológico y social. Mientras todos estos cambios se producen, los jóvenes intentan construir su identidad y encontrar su lugar en el mundo, convirtiendo la adolescencia en un período crítico en muchos aspectos. Concretamente, en esta etapa, se irá definiendo su identidad sexual y el concepto que tienen respecto al sexo. También será la época en la que, generalmente, iniciarán sus primeras relaciones afectivo-sexuales.

Pero no podemos hablar de sexualidad en los adolescentes sin tener en cuenta la era digital en la que vivimos. Hoy en día es muy fácil acceder a casi cualquier tipo de contenido pornográfico y, además, se puede hacer de forma gratuita, anónima e inmediata, por lo que los jóvenes pueden llevar a cabo actividades sexuales online desde edades tempranas. Es por eso mismo que uno de los riesgos que más preocupa a padres y educadores es el derivado del acceso temprano a contenidos pornográficos.

¿A qué edad empiezan a consumir pornografía los jóvenes?

Según Alonso-Ruido, Sande-Muñiz y Regueiro (2022), la primera exposición a contenidos pornográficos en adolescentes españoles suele ocurrir alrededor de los 12 años, consolidándose su consumo durante la adolescencia, especialmente entre los varones, quienes constituyen la mayoría de los consumidores. Además, los resultados indican que la pornografía es una fuente de información para muchos adolescentes, que carecen de una educación sexual adecuada tanto en casa como en la escuela. Por lo tanto, la pornografía acaba siendo en muchos casos su referente a la hora de entender la sexualidad.

¿Cómo afecta la pornografía a la salud mental de los jóvenes?

La realidad es que la pornografía se ha convertido en una pieza más de la sexualidad de la población general, pero sin unos límites y una educación sexual adecuada, el consumo de pornografía en los jóvenes puede generar consecuencias negativas relevantes, como las que detallamos a continuación:

Percepción distorsionada del sexo y disminución de la autoestima:

La pornografía muchas veces muestra cuerpos y situaciones poco realistas, creando un conocimiento sobre el sexo que es irreal, violento y desigual, así como unas expectativas poco realistas sobre las relaciones y la intimidad. Esto puede tener un gran impacto sobre la autoestima de los jóvenes que, al ver que sus cuerpos y sus experiencias sexuales distan mucho de lo que ven, pueden pensar que sus cuerpos no son lo suficientemente válidos, que su rendimiento sexual no es el adecuado o que las experiencias sexuales que viven no son cómo “deberían” ser.

Cosificación de la mujer:

Con mucha frecuencia se presenta a la mujer como un objeto sexual para el placer del espectador, más que como una persona con autonomía, emociones y deseos propios. Esto se manifiesta a través de diversas prácticas y representaciones, como el focalizarse excesivamente en ciertas partes del cuerpo, la hipersexualización de la mujer y la representación de escenas que refuerzan estereotipos de género (por ejemplo, el hombre adopta el rol activo mientras que la mujer adopta el rol pasivo). Todo ello puede tener efectos negativos en la percepción de la mujer en la sociedad, ya que contribuye a normalizar actitudes sexistas.

Desensibilización sexual y/o adicción a la pornografía:

Exponerse de forma repetida a material sexual explícito puede ocasionar que se vuelvan menos sensibles o estén menos conectados emocionalmente a las experiencias sexuales reales. La pornografía además puede generar adicción de forma rápida, provocando que cada vez tengan que buscar contenido más intenso para mantener el mismo nivel de excitación.

Sufrir ciberacoso y explotación:

Tanto consumir como crear contenidos sexuales para conseguir atención, aprobación o dinero puede poner a los adolescentes en una situación de vulnerabilidad, ya que pueden ser contactados por personas con intenciones peligrosas o que utilicen su contenido de forma nociva. Cuando se hace desde una postura de no conciencia (en muchos casos no tienen en cuenta las consecuencias, o no piensan que una vez subido el contenido sexual a Internet es casi imposible borrarlo) puede acabar dañando de forma muy intensa la salud emocional del adolescente. Si quieres saber más sobre los posibles riesgos a los que se enfrentan no dudes en leer “El online grooming: un nuevo peligro para adolescentes” o “Nuevos riesgos de la sociedad digital: sexting entre adolescentes”.

Efectos en la salud mental de los adolescentes

Tratamiento y prevención del uso problemático de la pornografía en adolescentes

Es imposible frenar la pornografía, pero sí que podemos ayudar, como padres y educadores, a que los jóvenes dispongan de herramientas más eficaces para prevenir que hagan un consumo problemático de esta. Para ello, será crucial centrarnos en los siguientes aspectos:

  • Ofrecerles una educación sexual completa, respaldada por la evidencia, con perspectiva feminista y que promueva la autoaceptación, tanto en las escuelas como en casa. Esta educación deberá abordar temas como las relaciones saludables, el consentimiento y la diferencia entre la realidad y la fantasía presente en la pornografía.
  • Promover un ambiente de comunicación abierto y sin juicios, donde los adolescentes se sientan libres discutiendo temas relacionados con la sexualidad. Esto facilitará que compartan sus experiencias y dudas de manera abierta y que, si tienen algún problema, acudan a nosotros.
  • Vigilar y regular el acceso a internet a través de la comunicación y de las herramientas de control parental, que permiten a los padres supervisar las actividades en línea de sus hijos y limitar el acceso a contenido para adultos. Esto nos permite iniciar conversaciones con los adolescentes sobre la importancia de un uso responsable de la tecnología y los riesgos asociados con la exposición prematura a contenidos para adultos.
  • Ofrecer apoyo psicológico a aquellos adolescentes que presenten dificultades emocionales asociadas al consumo de pornografía como, por ejemplo, adicción a la pornografía. Un/a profesional especializado/a puede proporcionarle estrategias efectivas para manejar el problema que presente y se incremente así su bienestar emocional y desarrolle una sexualidad sana.

A modo de conclusión, es urgente reforzar la educación sexual en casa y en la escuela para que los jóvenes puedan disponer de los conocimientos y las herramientas adecuadas para vivir su sexualidad de manera plena y responsable.

Referencias
Alonso-Ruido, P., Sande-Muñiz, M. y Regueiro, B. (2022). ¿Pornografía al alcance de un clic? Una revisión de la literatura reciente sobre adolescentes españoles. Revista de Estudios e Investigación en Psicología y Educación, 9, pp. 1-18.

Aina Fiol Veny
Psicóloga Col. Nº B-02615