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Preguntas frecuentes

¿Mi hijo/a necesita realmente atención psicológica o son cosas típicas de la edad?

Nos resulta muy difícil saberlo sin conocer tu caso. Sin embargo, toda situación en nuestra vida que genere pensamientos, emociones y comportamientos que hagan sufrir a nuestros hijos o a nosotros mismos y/o nos dificulte el día a día, es muy probable que sea susceptible de atención psicológica.

Ante la duda, nuestra recomendación es que consultes sin compromiso, tal vez optando por la Visita Informativa Gratuita que ofrecemos, por una llamada o un email, y de esta forma asegurarte de si es esto lo que estás buscando y de si podemos ayudar a tu hijo/a con su problema concreto.

¿En qué consiste una psicoterapia?

Acudir a una consulta de atención psicológica es un paso importante y en ocasiones difícil de decidir, sobre todo en lo que se refiere al bienestar de nuestros hijos. Por tanto, para nosotras es importante que te sientas informado/a sobre el proceso que vamos a iniciar.

En algunos casos, puede ser suficiente un asesoramiento puntual de pocas sesiones, pero muy a menudo el problema es algo más complejo y requiere de un proceso terapéutico que consta de las siguientes fases:

  1. Primera visita con los padres, madres y/o tutores. No es imprescindible que acudan los dos, pero sí recomendable, debido a que el objetivo de esta primera visita es recabar el máximo de información posible. Si valoráis que acudan terceras personas implicadas en la educación del menor, también sería posible.
  2. Evaluación del problema y de la/s persona/s implicada/s: durante algunas sesiones nos encargamos de conocer en profundidad los comportamientos, emociones y/o pensamientos problemáticos, así como también una breve historia psicosocial del niño/a o el adolescente y la familia. Es necesario para averiguar el origen y mantenimiento del problema, y para una correcta intervención. Una diferenciación concreta al trabajar con niños respecto a trabajar con adultos, es que se interviene sobre todos los ámbitos: familia, hijos y colegio, para conseguir los mejores resultados en el menor tiempo posible.
  3. Devolución de la información: informamos de lo evaluado y de la forma de resolver el problema o paliar los síntomas, tanto a los padres como a los niños/as. Este día ponemos en común nuestros objetivos terapéuticos, y los consensuamos con el menor, además de explicar la intervención posterior.
  4. Intervención: periodo en el que realizamos los cambios necesarios, se aprenden técnicas psicológicas que puedan servir de ayuda, etc. Es frecuente que en esta fase haya “tareas para casa” como parte del tratamiento. En este momento del proceso es primordial el “trabajo en equipo” entre los padres, el/la niño/a o adolescente, los hermanos, la escuela… en definitiva, entre todos los agentes implicados.
  5. Seguimiento: una vez alcanzados los objetivos, se realizan algunas sesiones de seguimiento más espaciadas en el tiempo para comprobar que los cambios favorables se mantienen y prevenir recaídas. Aun habiendo realizado la psicoterapia presencial, estos seguimientos en ocasiones pueden ser telefónicos.

En cualquier caso, las fases descritas son el eje básico con el que trabajamos, pero la evaluación y tratamiento se realiza siempre de forma personalizada ya que, en función de cada caso, son convenientes unas estrategias u otras para solucionar o mejorar el problema.

Entre el colegio, las extraescolares, la terapia… ¿No serán demasiadas cosas para él/ella?

Esto depende de cada caso, pero si hay una interferencia importante del problema en la vida del menor, la terapia suele resultar una descarga y un alivio para los niños y adolescentes que la reciben.

¿Qué hago si mi hijo/a no quiere asistir a terapia?

Nuestra recomendación es que optes por la Visita Informativa Gratuita, de manera que podamos asesorarte de forma individualizada, ya que es una situación complicada, y lo ideal es que el menor acuda a terapia de forma voluntaria. En algunos problemas, sobre todo en lo relativo a intervenciones conductuales, puede incluso no ser necesario intervenir directamente con el menor.

¿Puedo llevar a mi hijo/a a terapia si el otro progenitor no quiere?

No. Para iniciar una intervención psicológica es necesario que las personas que ostentan la patria potestad del menor autoricen dicha intervención.

¿Con qué frecuencia tengo que ir a consulta?

La frecuencia habitual es semanal, ya que así es posible llegar a los objetivos más rápidamente. Sobre todo con los niños más pequeños, ya que ellos perciben el tiempo de manera diferente a los adultos, y dos semanas sin acudir puede hacer que se desvinculen del tratamiento. De todas formas, en función de las características de cada caso, podemos establecer otra frecuencia de sesiones.

¿Durará mucho la terapia?

La duración del tratamiento depende de cada caso, pero no pretende ser un camino eterno sino el suficiente para que los niños aprendan a seleccionar y utilizar las herramientas que les hacen falta para ser más felices y/o solucionar el problema en el menor tiempo posible.

¿Podré compaginar la terapia con los horarios de mi hijo/a?

Si, ya que nuestro horario de consulta es tan flexible como nos es posible para adaptarnos a vuestras necesidades.