¿Qué es la fobia social en adolescentes y niños?
El trastorno de ansiedad social o fobia social es un trastorno de ansiedad frecuente que suele tener su inicio entre los 8 y los 15 años. Puede definirse como un miedo intenso y persistente ante situaciones en las que otras personas pueden estar analizando, evaluando o juzgándolos. Como consecuencia, sólo se sienten bien rodeados de personas de confianza.
Este miedo afecta en tres sentidos:
- A nivel cognitivo: sus pensamientos se basan en la posibilidad de hacer o decir algo que les haga quedar en ridículo ante los demás. Suelen anticipar de forma catastrófica las situaciones sociales que se les presentan. Por ejemplo: «todos se van a reír de mí», «voy a tartamudear», «me quedaré en blanco», «no querrá ser mi amigo»…
- A nivel fisiológico: rubor, sequedad bucal, sudoración, temblor, sensación de ahogo, dificultades para tragar…
- A nivel motor: tienden a evitar aquellas situaciones que temen (responder o hacer una pregunta en clase, hacer una presentación, tocar un instrumento, pedir ayuda, hablar con personas de autoridad, hacer deporte, asistir a fiestas, responder al teléfono, pedir comida en un restaurante… ) y si no pueden hacerlo intentan realizar conductas defensivas (p.ej.: no hacer contacto ocular, buscar lugares estratégicos para pasar desapercibido, hablar lo mínimo…).
Los niños y adolescentes cuando están ansiosos aprenden a evitar las situaciones, buscan excusas para no hacerlo. Esta estrategia funciona para calmar la ansiedad a corto plazo, pero a largo plazo su ansiedad empeora y puede afectar a la escuela, las actividades que realiza, las relaciones interpersonales, su autoestima y su estado de ánimo. Es por ello que es importante detectar a tiempo la fobia social para que no se agrave.
Para poder diagnosticar la fobia social se deben dar los siguientes factores en conjunto:
- Se trata de un miedo o una ansiedad de un grado intenso y ha estado presente durante 6 meses o más
- Se refiere a una o más situaciones sociales
- Casi siempre se presenta ante la misma situación o situaciones
- Implica miedo a una evaluación negativa por parte de otras personas
- Conduce a la persona a evitar la situación o a soportarla de forma incómoda
- Se trata de un miedo desproporcionado respecto al peligro real
- Provoca un malestar significativo o perjudica notablemente su funcionamiento
Casos y ejemplos
Las situaciones que provocan ansiedad varían mucho dependiendo de la persona. Algunos niños tienen miedo a hacer presentaciones frente a otras personas. Sin embargo, otros pueden sentir ansiedad cuando: tienen que hablar con un vendedor, pedir ayuda, comer o beber delante de los demás, ir a un baño público, etc.
A continuación se presentan algunos casos que representan cómo puede manifestarse la fobia social:
- Un niño camina hacia el patio del colegio y ve que sus amigos están hablando y riendo. Automáticamente, siente miedo de que se estén riendo de él, y aun cuando le aseguran que no es así, él sigue preocupado.
- A una niña le encanta el fútbol y quiere apuntarse a un equipo, pero no lo hace porque le preocupa que las personas la miren jugar.
- Un alumno quiere hacerle una pregunta al maestro, pero no lo hace porque tiene miedo de parecer estúpido y que se rían de él.
- Una alumna tiene miedo cuando tiene que leer en voz alta la respuesta de un ejercicio porque podría equivocarse, así que no participa en clase.
- Un adolescente se está haciendo amigo de su compañero de clase y él le propone quedar por la tarde para hacer algo divertido. A él le gustaría ir, pero tiene miedo de hacer algo raro, por lo que siempre busca una excusa. Tras repetirse esta situación, su compañero dejará de proponer planes y asumirá que en realidad no quiere ser su amigo.
Habitualmente, la ansiedad social se confunde con la timidez, pero no son lo mismo. Las personas que son tímidas sienten incomodidad ante personas o situaciones concretas, pero no experimentan ansiedad al anticipar una situación y no necesariamente las evitan. En cambio, las personas con pánico social no tienen por qué ser tímidas. Pueden sentirse cómodas con personas y entornos «seguros» o familiares y, por el contrario, en situaciones determinadas pueden sentir una intensa ansiedad.
De la misma forma, las personas tímidas pueden ponerse rojas o temblar cuando tienen que hacer una presentación, pero se sobreponen y lo hacen y a medida que se van exponiendo se sienten más seguras. Sin embargo, en el caso de la fobia social, las personas que la padecen evitan realizar la presentación poniendo excusas o buscando estrategias y, si no les queda más remedio que hacerla, presentan una ansiedad importante.
¿Cómo trabajar la fobia social en niños y adolescentes?
La terapia que ha demostrado tener más eficacia es la terapia cognitivo-conductual (TCC). La intervención se realiza, por un lado, con los niños y adolescentes y, por otro, con los padres y/o tutores.
En el caso de la terapia con los niños y adolescentes, se hacen aproximaciones a las situaciones temidas y se proporcionan herramientas para un mejor desempeño social. De forma simultánea, se les ayuda a identificar y modificar aquellos pensamientos negativos e invalidantes y estrategias para poder hacer frente a las emociones que sienten.
El trabajo con los padres y/o tutores se centra en dar estrategias para lidiar mejor con su comportamiento y ayudarle a reducir los síntomas de ansiedad. Así como acompañarle en el proceso terapéutico.
Como hemos mencionado anteriormente, es importante detectar a tiempo la fobia social para que sus consecuencias no se agraven. Si sospecha que su hijo puede presentar esta sintomatología, no dude en ponerse en contacto con nosotras. Estaremos encantadas de ayudarles.
Referencias:
Bados, A (2009). Fobia Social. Naturaleza, evolución y Tratamiento. Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos. Universidad de Barcelona.
Instituto Nacional de Salud Mental (2017). Trastorno de Ansiedad Social: Más allá de la simple timidez. Oficina de Política Científica, Planificación y Comunicaciones.
Laura Maymó Gallurt
Psicóloga Col. Nº B-03427