¿Qué es el trastorno negativista desafiante?
El trastorno negativista desafiante (TND) es un trastorno del comportamiento que afecta principalmente a niños y adolescentes. Se caracteriza por un patrón persistente de comportamiento desafiante, hostil y desobediente hacia figuras de autoridad, como padres, maestros u otras figuras de autoridad. Este comportamiento va más allá de las típicas conductas de rebeldía que se observan en la infancia y puede interferir significativamente en el funcionamiento social, académico y familiar del individuo.
Las características propias del trastorno negativista desafiante se pueden agrupar en tres categorías:
Enfado/irritabilidad
- A menudo pierde la calma
- A menudo está susceptible o se molesta con facilidad
- A menudo está enfadado y resentido
Discusiones/actitud desafiante
- Discute a menudo con la autoridad o con los adultos, en el caso de los niños y los adolescentes
- A menudo desafía activamente o rechaza satisfacer la petición por parte de figuras de autoridad o normas
- A menudo molesta a los demás deliberadamente
- A menudo culpa a los demás por sus errores o su mal comportamiento
Vengativo
- Se muestra rencoroso o vengativo
Si el trastorno es persistente durante el desarrollo, tiene implicaciones importantes para la calidad de vida. Las personas que lo padecen presentan conflictos frecuentes con padres, profesores, amigos y compañeros, siendo importante el deterioro emocional, social y académico. Por lo que es de gran importancia una detección e intervención temprana.
¿Qué lo causa?
La causa exacta del trastorno negativista desafiante no se conoce, pero se cree que es el resultado de una combinación de distintos factores. Estos incluyen:
- Factores genéticos: existe evidencia de que el TND puede tener un componente genético, lo que significa que las personas que tienen familiares con trastornos similares pueden tener un mayor riesgo de desarrollar TND.
- Factores biológicos: algunas investigaciones sugieren que ciertas diferencias en la estructura y funcionamiento del cerebro pueden estar asociadas con el TND. Por ejemplo, anomalías en el funcionamiento de la corteza prefrontal, que está involucrada en el control de los impulsos y la regulación emocional, pueden contribuir al desarrollo del TND.
- Factores psicológicos: los problemas emocionales y de comportamiento, como la dificultad para regular las emociones, la baja autoestima y la falta de habilidades para resolver problemas, pueden contribuir al desarrollo del TND.
- Factores ambientales: experiencias negativas en el entorno familiar, como conflictos familiares, abuso emocional o físico, negligencia, exposición a modelos de comportamiento negativo o falta de límites claros por parte de los cuidadores, pueden aumentar el riesgo de desarrollar TND.
¿Está relacionado con el TDAH?
El trastorno por déficit de atención con hiperactividad, conocido habitualmente como TDAH, es un trastorno del neurodesarrollo que se caracteriza principalmente por un patrón persistente de inatención y/o hiperactividad-impulsividad. Aunque son trastornos distintos, a menudo se superponen y pueden coexistir en el mismo individuo.
A continuación, podemos ver algunas formas en que se relacionan:
- Coincidencia en los síntomas: tanto el TND como el TDAH pueden manifestarse con comportamientos desafiantes y disruptivos. Los niños con TDAH pueden mostrar impulsividad, dificultades para seguir instrucciones y problemas para controlar sus emociones, que también son características del TND. Esta superposición de síntomas puede dificultar el diagnóstico diferencial.
- Comorbilidad: estos trastornos tienden a coexistir con frecuencia. Estudios han encontrado que una proporción significativa de niños con TDAH también cumplen con los criterios para el TND, y viceversa. La comorbilidad puede complicar el tratamiento y la gestión de los síntomas, ya que ambos trastornos pueden interactuar y exacerbarse mutuamente.
- Factores de riesgo compartidos: ambos trastornos pueden compartir factores de riesgo similares, como antecedentes familiares de trastornos mentales, factores genéticos, dificultades en el funcionamiento ejecutivo y disfunciones en la regulación emocional. Estos factores pueden contribuir al desarrollo y la persistencia de ambos trastornos.
- Dificultades en la autorregulación: tanto el TND como el TDAH implican dificultades en la autorregulación. Los niños con TDAH pueden tener dificultades para regular su atención y controlar sus impulsos, mientras que aquellos con TND pueden tener dificultades para regular sus emociones y comportamientos desafiantes. Estas dificultades en la autorregulación pueden contribuir a la presentación de comportamientos desafiantes y disruptivos en ambas condiciones.
Al realizar el diagnóstico es importante hacer una evaluación exhaustiva para identificar los síntomas específicos de cada trastorno y así poder hacer un diagnóstico diferencial para poder desarrollar un plan de tratamiento individualizado que aborde las necesidades de cada niño.
¿Cómo se puede tratar el trastorno negativista desafiante?
La evolución de este trastorno depende de muchos factores, pero con un tratamiento adecuado lo habitual es que los síntomas disminuyan e incluso desaparezcan. Sin embargo, si no se atiende adecuadamente el trastorno puede agravarse, evolucionando hacia un Trastorno de Conducta. La distinción entre el trastorno negativista desafiante y el trastorno de conducta es básicamente que en el primero se caracteriza por una dimensión psicológica oposicionista agresiva, mientras que en el segundo por una dimensión más delictiva.
¿Qué pautas pueden seguir los padres?
Los padres pueden desempeñar un papel crucial en el manejo del trastorno negativista desafiante de sus hijos/as. Algunas pautas útiles incluyen establecer límites claros y consistentes, utilizar estrategias de disciplina positiva, fomentar la comunicación abierta y efectiva, y buscar apoyo profesional cuando sea necesario. La participación activa en la terapia familiar y el desarrollo de habilidades de manejo del estrés tanto para los padres como para el niño o niña pueden ser beneficiosos en el proceso de tratamiento. Además, comprender y manejar el estrés familiar, así como buscar apoyo, puede ser fundamental para el bienestar general de la familia.
Como hemos mencionado anteriormente, es importante realizar una buena intervención temprana para que las consecuencias del trastorno no se agraven. Si sospecha que su hijo/a puede presentar esta sintomatología, no dude en ponerse en contacto con nosotras. Estaremos encantadas de ayudarles.
Laura Maymó Gallurt
Psicóloga Col. Nº B-03427