
¿Qué son los terrores nocturnos?
Los terrores nocturnos son despertares bruscos, que se inician con gritos o lloros de angustia y acompañan de señales de intenso miedo.
En los terrores nocturnos el niño comienza a gritar y llorar en mitad de un sueño, manifestando una gran angustia, presenta un miedo intenso, como si viese algo terrorífico, siendo muy difícil despertarlo o calmarlo.
En algunas ocasiones, el niño puede despertarse de forma brusca y puede no reconocer a los que le rodean, además de no recordar el contenido del sueño o recordando solo algunas imágenes fragmentadas.
Es habitual que a la mañana siguiente el niño no recuerde nada de lo sucedido.
Los terrores nocturnos se suelen producir en la primera mitad de la noche, en la fase de sueño más profundo, y pueden durar hasta 10 minutos.
Suelen aparecer entre los 2-3 años de edad, y predominan más entre los 4 y 7 años, y suelen desaparecer en la adolescencia. Son más frecuentes en niños que niñas
¿Qué favorece que se produzcan?
Algunos elementos que aumentan la probabilidad son:
- El hecho de llegar a la noche demasiado cansado puede producir un sueño más profundo y aumentar la probabilidad de que se produzcan los terrores nocturnos.
- Que haya antecedentes familiares de terrores nocturnos o sonambulismo
- En algún caso puntual, pueden estar relacionados con problemas psicológicos del niño.
¿Se debe despertar a un niño durante un terror nocturno?
Cuando el niño esté experimentando un terror nocturno, no suele despertarse y los intentos para calmarle suelen ser inútiles. Es recomendable permanecer junto al niño para que se tranquilice y dejarle dormir al terminar el episodio.
¿Cuándo se recomienda acudir a un especialista?
Se debería acudir a un especialista cuando afecte a las actividades de su vida diaria o le produzca un malestar significativo, por ejemplo, que sea un impedimento para realizar algunas salidas escolares en las que tenga que pasar la noche fuera, si tiene una excesiva preocupación por quedarse dormido, etc.
¿Qué diferencia hay entre terrores nocturnos y pesadillas?
Los terrores nocturnos son menos frecuentes que las pesadillas. Las pesadillas son sueños aterradores que terminan despertando al niño, el cual será capaz de describir con detalle la secuencia de lo que estaba soñando. En las pesadillas, el contenido de los sueños suele consistir en peligros físicos como ataques, persecuciones… o peligros más sutiles como fracasos personales, situaciones embarazosas, etc. en los niños más mayores.
A continuación se muestra una tabla con las principales diferencias entre pesadillas y terrores nocturnos:
PESADILLAS | TERRORES NOCTURNOS | |
¿Cuándo ocurren? | Al final de la noche (segunda mitad) | Al principio de la noche (primer tercio) |
¿Cuánto duran? | Normalmente más de 10 minutos | De 1 a 10 minutos |
¿Se mueve el niño? | Los movimientos son raros | Se resiste a que le cojan, se levanta de la cama, puede incorporarse o balancearse |
¿Habla? | Las vocalizaciones son infrecuentes, a veces puede decir algunas palabras o gritos al final de la pesadilla. | Gritos, lloros o vocalizaciones incoherentes pueden preceder al brusco despertar. |
¿Se consigue despertarle? | Fácilmente | Difícilmente |
¿Está despabilado? | Completamente despierto | Parcialmente despierto |
¿Se encuentra asustado? | Ligeramente (taquicardia, respiración rápida, sudoración) | Extremadamente (taquicardia, respiración rápida, sudoración, tensión muscular, dilatación pupilar, etc.) |
¿Se logra tranquilizarle? | Sí | Es difícil calmarle |
¿Recuerda lo sucedido? | Se acuerda de los contenidos con detalle | No recuerda nada o algunas imágenes aisladas. Por la mañana existe amnesia del episodio. |
¿Se dan muchos casos? | Sí, entre el 10 y el 50% de los niños | No, entre el 1 y el 6 % de los niños |
Recomendaciones y hábitos para dormir a niños con terrores nocturnos
- Es conveniente seguir una rutina de sueño, que el estado del niño a la hora de acostarse sea adecuado y no experimente hambre, sed, cansancio excesivo, etc. Conviene acostumbrarle a la misma pauta antes de dormir.
- Los rituales para irse a la cama promueven la adquisición de hábitos de sueño saludables y proporcionan seguridad. Cuanto más agradable sea el ambiente para dormir, más probabilidad de descansar plácidamente y menos de desvelarse asustado.
- Conviene no promover juegos muy movidos para no activar en exceso al niño, así como una iluminación tenue y ambiente tranquilo.
- No se recomiendan bebidas que contengan excitantes como cafeína o cacao.
- Es importante seguir rutina de baño (cepillar dientes, hacer pis, poner pijama, etc.) y una rutina de dormitorio (se le puede acompañar y leer un cuento o charlar uno 10 minutos sobre el día).
- La temperatura de la habitación debe ser adecuada (aproximadamente unos 20 ºC) y es conveniente haber ventilado la habitación durante el día.
- Conviene tener un colchón de calidad y una almohada que no sea muy gruesa.
Es importante que los padres sigan unas pautas adecuadas de higiene de sueño que favorezca un sueño de calidad en sus hijos. Se recomienda consultar con un profesional en el caso de tener dudas cómo actuar ante ciertas dificultades que puedan surgir.
Referencias bibliográficas
Méndez Carrillo, F. X. (2012). Miedos y temores en la infancia.
Jarque, J. (2023). Terrores nocturnos y pesadillas en la infancia. https://familiaycole.com/2011/03/23/folleto-pesadillas-y-terrores-nocturnos/
Mónica Arca Pérez
Psicóloga General Sanitaria
Nº Col. B-02760