SÍNDROME DEL PRÍNCIPE DESTRONADO, LA LLEGADA DE UN NUEVO HERMANO

Síndrome del príncipe destronado

¿Qué es el Síndrome del Príncipe Destronado?

En la mayoría de niños la llegada de un nuevo hermano puede generar celos, frustración, envidia y enfados ya que pasan de recibir toda la atención por parte de sus padres a tener que dividirla. Este sentimiento de celos hacia el nuevo hermano se conoce como el Síndrome del Príncipe Destronado.

¿Cómo afecta la llegada de un nuevo hermano en la familia?

Cuando nace un nuevo hermano, la estructura familiar pasa por un momento de crisis o cambio, en el que se deben introducir ajustes en los roles y las funciones de cada uno de ellos. Entre los ajustes encontramos que el tiempo, los cuidados y las atenciones ahora deben repartirse entre los hermanos. Es decir, el niño pasa de recibir toda la atención a tener que compartirla con su nuevo hermano. Asimismo, también se introducen cambios en las rutinas, los horarios, el ritmo y las necesidades que cubrir y ésto no sólo afecta a los padres, sino también a los niños.

Es importante ser conscientes de que es natural y lógico que aparezcan los celos. Se trata de un proceso de adaptación y maduración en la evolución normal de un niño. A través de éstos, el niño trata de expresar que está percibiendo estos cambios y que se siente triste y tiene miedo de ser desplazado porque ya no ocupa el lugar que ocupaba antes de la llegada de su nuevo hermano.

¿Cuánto dura el Síndrome del Príncipe Destronado?

Los celos, en la mayoría de los casos no son permanentes. Van a ir desapareciendo a medida que el niño vuelva a sentirse seguro y encuentre su lugar dentro de la estructura familiar. Sin embargo, la actuación de los padres tiene un papel muy importante en cuanto a la duración y la magnitud de éstos. Más adelante hablaremos acerca de qué estrategias pueden utilizar los padres para disminuir el sufrimiento del niño.

¿Qué cambios de comportamiento genera?

La exteriorización del Síndrome del Príncipe Destronado varía en función de cada niño, pero las principales manifestaciones son:

  • Regresiones evolutivas para volver a ocupar el lugar que le pertenecía, como:
    • Utilización de un lenguaje más infantil.
    • Enuresis. Problemas para controlar el esfínter.
    • Aparición de miedos que antes no tenía.
    • Conductas: querer utilizar biberón, chuparse el dedo, no querer dormir sólo, reclamar ayuda de los padres para tareas que hacía sólo, etc.
  • Apatía o tristeza. Llanto recurrente. Para saber más sobre esta sintomatología existe otra entrada en el blog llamado «Los niños y las niñas también sufren depresión».
  • Disminución del apetito o dificultades para conciliar el sueño.
  • Actitud negativista. Negación ante demandas que hacen los padres (por ejemplo, recoger los juguetes, comer, hacer los deberes, etc.). En el blog «Qué hacer cuando mi hijo/a se porta mal» encontramos una serie de recomendaciones para gestionar esta actitud.
  • Disminución del rendimiento escolar.
  • Quejas psicosomáticas (dolor de barriga, de cabeza, malestar intestinal, etc.)
  • Cambios en el comportamiento (presentar rabietas, ser más agresivo, desafiante, tener más nerviosismo e inquietud, etc.).
  • Enfado con los padres
  • Ignorar al hermano. Hacer como si no existiese, sin mostrar interés hacia él.

Consejos para gestionar la llegada de un hermano

La llegada de un nuevo miembro en la familia puede convertirse en una experiencia difícil de gestionar, pero existen ciertos comportamientos que pueden poner en práctica los padres, y otros cuidadores principales, para ayudar a atenuar los celos y el malestar que siente:

  • Preparar al niño para la llegada de su nuevo hermano. Incluso si el niño es muy pequeño, será útil que empiece a escuchar el nombre de su hermano y que ayude con los preparativos de la casa (decoración de la habitación, compra de ropa nueva, etc.). Es importante explicarle lo que va a ocurrir, no únicamente centrándonos en las ventajas si no también explicarle el cuidado y las atenciones que necesita un bebé.
  • Evitar las comparaciones. Es fundamental evitar comparaciones entre los hermanos. Cada uno es único y diferente del resto, teniendo características únicas y es importante que así lo sienta.
  • Validar las emociones que está sintiendo. Mostrar una actitud empática y de apoyo, entender lo que está sintiendo. No castigarlo por sentir celos ni tampoco obligarse a que le dé afecto si no le apetece.
  • Implicación en el cuidado del hermano. Intervenir en el baño, la elección de la ropa, en el cambio de pañal, etc. Pero sin que exista una implicación excesiva.
  • Fomentar un clima familiar agradable. Hacer, en la medida de lo posible, las actividades que hacían en familia antes de la llegada del nuevo hermano.
  • Pasar tiempo con el niño. Es muy positivo dedicarle tiempo a solas para jugar, hablar, mostrarle afecto y atención para que se sienta querido y valorado.
  • Concienciar a otros familiares y amigos. Explicarles que el niño está pasando por el Síndrome del Príncipe Destronado por lo que es importante que le entiendan y presten atención a ambos niños en momentos de visita, eventos, etc.

Estas son algunas pautas generales que pueden ayudarte a gestionar el Síndrome del Príncipe Destronado. Si has intentado ponerlas en marcha y te sigue resultando difícil gestionar sus celos o te sientes abrumado por todos los cambios que se están generando en la dinámica familiar no dudes en ponerte en contacto con nuestro equipo especializado en psicología infantil en Mallorca. Estaremos encantadas de ayudarte. También ofrecemos terapia Online.

Laura Maymó GallurtPsicóloga Col. No B-03427