¿Qué es la encopresis infantil?
La encopresis es la expulsión repetida de heces en lugares inapropiados, como la ropa o el suelo, en niños de al menos 4 años o con un desarrollo equivalente. Puede ser involuntaria o voluntaria, pero generalmente ocurre sin que el niño se dé cuenta hasta que ya ha sucedido. Para que se considere encopresis, debe ocurrir al menos una vez al mes durante tres meses, y no debe ser causada por problemas médicos, medicamentos o alguna otra sustancia. Es más común en niños varones y a menudo se presenta junto con enuresis, que es la emisión involuntaria de orina.
Un gran número de casos de encopresis infantil está relacionado con la presencia de estreñimiento, que puede acabar provocando incontinencia fecal. Cuando un niño sufre de estreñimiento, las heces se acumulan y se endurecen porque van perdiendo agua, lo que dificulta su expulsión y puede causar dolor. Esto puede llevar a una disminución de la sensibilidad del recto, haciendo que el niño necesite mayores cantidades de heces para sentir la necesidad de ir al baño y que, por tanto, defeque sin darse cuenta. En aquellos casos en los que no hay estreñimiento, que son la minoría, la retención de heces es mucho más corta y las heces suelen tener forma y consistencia normales. Para confirmar o descartar la presencia de estreñimiento será importante realizar una exploración médica.
La encopresis infantil puede generar dificultades a nivel familiar, ya que algunos padres pueden pensar que es un comportamiento intencional, generándose una gran incomprensión hacia estos niños. Además, puede afectar la vida social y escolar del niño, ya que puede ser objeto de burlas y a menudo puede llevarle a evitar situaciones sociales por miedo a que ocurra nuevamente. Por ello, desde la psicología general sanitaria infantil nos encargamos de tratar esta problemática.
Causas de origen emocional en niños
A menudo, se cree que la encopresis es un problema de comportamiento, pero muchas veces es el resultado de diversos factores. A continuación, se exponen una serie de factores emocionales que pueden causar encopresis infantil, ya sea con o sin estreñimiento:
- Enseñanza inadecuada o fallo en el aprendizaje del control de esfínteres, generando frustración en el niño por llevar arrastrando dificultades a la hora de ir al baño.
- Ansiedad: El niño puede sentir miedo o vergüenza al defecar en ciertos lugares, como el baño de la escuela.
- Dolor: Como se ha comentado antes, si hay presencia de estreñimiento, el niño puede intentar retener las heces para no sentir dolor al defecar, lo que contribuirá a que se acumulen más y haya más estreñimiento.
- Estrés: Cambios importantes, como empezar la escuela, bullying, separación de los padres o la llegada de un nuevo hermano, pueden contribuir a la encopresis.
- Actitud desafiante: En algunos casos, el niño puede usar la encopresis como una forma de llamar la atención, aunque esto es menos común.
¿Cómo se puede prevenir?
Para prevenir la encopresis, es crucial enfocarse en el bienestar emocional del niño y fomentar buenos hábitos a la hora de ir al baño. A continuación, se presentan algunas estrategias efectivas:
- Establecer una rutina: Promover pausas regulares para ir al baño puede ayudar a que los niños se sientan más cómodos.
- Buena alimentación: Asegurarse de que su dieta incluya suficiente fibra y agua.
- Ambiente seguro: El baño debe ser un lugar donde el niño se sienta seguro y sin angustia.
- Comunicación abierta: Fomentar un ambiente donde el niño pueda expresar sus sentimientos y preocupaciones sin miedo y se sienta comprendido.
- Reforzamiento positivo: Elogiar y recompensar al niño cuando use el baño adecuadamente puede motivarlo a adoptar hábitos saludables.
- Reducir fuentes de estrés: Que pueden afectar directamente al uso del baño, como por ejemplo, dificultades o burlas por parte de los compañeros cuando el niño tiene que utilizar el baño escolar.
Tratamiento psicológico para la encopresis infantil
Aunque la encopresis suele mejorar con la edad y prácticamente en la mayoría de los casos desaparece en la pubertad, a menudo se necesita intervención para abordar el problema y reducir el impacto emocional en el niño y su familia. Los tratamientos más utilizados suelen combinar procedimientos psicológicos y médicos, y la participación activa de los padres y la escuela es clave.
Dentro de los procedimientos psicológicos, se utiliza la terapia conductual. Los objetivos generales en esta terapia son los siguientes (se dará más peso a unos u otros en base a los factores que estén manteniendo la encopresis en cada caso concreto):
- Enseñar hábitos de continencia y defecación adecuados.
- Promover un ambiente facilitador, que ayude al niño a discriminar cuando tiene que ir al baño.
- Disminuir las dificultades emocionales que puedan estar influyendo en la encopresis, como puede ser la ansiedad a la hora de ir al baño, los sentimientos de culpa o de vergüenza.
- Trabajar causas subyacentes que puedan estar influyendo, como el bullying, las dificultades en casa por la llegada de un nuevo hermano o por la separación de los progenitores, etc.
Si hay estreñimiento, también pueden ser necesarios laxantes o enemas para ayudar al niño a evacuar las heces retenidas. Las estrategias de prevención comentadas anteriormente también son esenciales para el tratamiento exitoso de la encopresis.
Entender y abordar la encopresis infantil requiere paciencia y empatía. Con el apoyo y tratamiento adecuados, los niños pueden superar esta dificultad y mejorar su bienestar emocional y social. Si crees que podemos ayudaros, no dudes en contactar con nosotros.
Aina Fiol Veny
Psicóloga Col. Nº B-02615