
Seguro que en alguna ocasión has escuchado a algún padre o madre decir la frase: “Yo a mis hijos los trato por igual”. Estas afirmaciones suelen ser intentos de demostrar imparcialidad o de que quieren igual a todos sus hijos. Y aunque no ponemos en duda el amor y el cariño que sienten por ellos, la realidad es que tratarlos exactamente de la misma manera es imposible por muchos motivos.
Uno de estos motivos es el orden de nacimiento. El hermano mayor ha experimentado, al menos durante un tiempo, ser hijo único, y con la llegada de un hermano, su rol dentro de la familia cambia inevitablemente. Los padres tienen menos tiempo para él porque también deben atender al nuevo integrante de la familia, y las expectativas sobre él se modifican, pasando de ser el centro de atención y cuidados a ser un referente para su hermano menor.
Ser el primogénito conlleva ciertas cargas y responsabilidades, demandadas de forma explícita e implícita por los padres y la sociedad. Y si bien algunas de ellas pueden ser adecuadas, otras pueden generar un impacto negativo en su desarrollo emocional y psicológico. Como psicólogos infantiles te ayudamos a diferenciarlas.
Obligaciones que nunca debe asumir el hermano mayor
En algunas ocasiones los padres o familiares cometen el error de cargar a sus hijos mayores con responsabilidades que no les corresponden, como encargarse del cuidado de los más pequeños. Además, los adultos tienen tendencia a reforzar estos comportamientos con frases del tipo “¡Qué bien que cuidas de tu hermana!” o “Es tu responsabilidad cuidar de tu hermano”, sin darse cuenta del peso que esto puede implicar.
El hermano mayor no debe suplir nunca el rol de padre o madre, y por ello, nunca debería tener las siguientes obligaciones:
- Ser el cuidador principal y encargarse de la seguridad del menor. No es su responsabilidad velar por el bienestar del pequeño de la casa.
- Sacrificar su tiempo libre o de ocio para hacerse cargo del hermano menor. El juego y el tiempo de descanso son fundamentales para un desarrollo socioemocional saludable.
- Cargar con la mayor parte de las labores del hogar. Esta situación es más frecuente cuando la primogénita es una niña, lo que refuerza desigualdades de género.
- Tomar decisiones importantes en temas referentes al hermano pequeño. La crianza y educación tienen que ser responsabilidad exclusiva de los padres.
- Responsabilizarse del bienestar emocional del pequeño. Aunque puede ofrecerle apoyo y compartir su experiencia, no debe asumir problemas ajenos como propios.
- Actuar como mediador en conflictos familiares. No es su papel intervenir entre el hermano menor y los padres o entre los propios padres.
Impacto psicológico de la carga de responsabilidades

Imponer estas responsabilidades al hermano mayor, puede derivar en las siguientes consecuencias:
- Estrés y ansiedad al no llegar a cumplir con expectativas poco realistas. Es inevitable que al ser el mayor se convierta en un modelo a seguir, pero demandarle responsabilidades no ajustadas puede acarrear una presión excesiva. Puede llegar a no permitirse fallar nunca y a creer que tiene que hacerlo todo perfecto.
- Sentimientos de inferioridad al percibir que sus padres prestan más importancia al cuidado del hermano menor.
- Resentimiento al compararse con sus amigos y darse cuenta de que no pueden disfrutar tanto de su infancia como ellos.
- Tendencia al sacrificio excesivo en la adultez, priorizando las necesidades ajenas sobre las propias.
- Comportamiento autoritario, al creer que el hermano menor debe obedecerlo en todo. Eso puede generar conflictos y un efecto rebote en el hermano menor.
- Comportamientos de rechazo hacia el hermano menor, como forma de protesta ante las exigencias impuestas por los padres.
- Falta de autonomía del hermano menor si se acostumbra a depender del hermano mayor para todo.
Este tipo de dinámicas pueden perdurar hasta la adultez, afectando la relación entre hermanos e incluso influyendo en la forma en que establecerán vínculos en el futuro.
Responsabilidades que puede asumir un hermano mayor
Las responsabilidades del hermano mayor dependen de la edad de ambos y evolucionan con el tiempo. Algunas responsabilidades adecuadas podrían ser:
- Ser un modelo a seguir sin presión de hacerlo todo perfecto. Su experiencia puede allanar el camino del menor en ciertas situaciones, como cuando comienza a salir con amigos.
- Enseñar de forma voluntaria cosas que ya ha aprendido, sin que se convierta en una obligación.
- Compartir tiempo de calidad, fortaleciendo la relación de ambos a través de juegos, conversaciones o actividades compartidas.
- Brindar apoyo emocional, pero sin asumir la responsabilidad total del bienestar del hermano menor.
- Realizar tareas del hogar de más dificultad que el pequeño, pero adaptadas a su edad, de manera que ambos hermanos aprendan a ser autónomos progresivamente.
Es fundamental que los padres sean quienes lideren la crianza y que el hermano mayor pueda vivir su infancia o adolescencia sin una carga que no le corresponde. Si crees que alguna vez le has impuesto esta responsabilidad a tu hijo mayor, o si en tu infancia te sentiste sobrecargado con este rol i crees que a día de hoy te sigue afectando, es posible trabajar en ello. No dudes en ponerte en contacto con nosotros si crees que lo necesitas.
Aina Fiol Veny
Psicóloga Col. Nº B-02615